¿Para qué insisto? Si él es como es.
Tiene colgada la cabeza a los pies,
vive en su mundo, en su conversacion
y yo mirando el techo de la habitacion.
Y se aparece cuando no lo espero, él
no me dice nada y yo le sigo el juego.
Son horas extrañas, una alucinación,
una medicina para mi corazon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario