en los que dura un beso, el tiempo se ha invertido.
Ya ves, sí soy idiota que adora el tener que
volver a olvidar no hace falta que te jure que no
debí quererte, sin embargo te quiero. Asique no hagas trampas que sabes ya de sobra
cuál es mi debilidad.
Y aquí es cuando tus ojos me
dejan desarmada, ropiendo
en mil trocitos mi parte más senata. Sé
que mi teoría convertida en un montón de
palabras que vuelven solas a casa.
Tu encanto son armas cargadas de promesas que consiguen que me sienta tan
tonta, tan extraña, tan lejos de mí
misma, tan cerca de tu alma, me pierdo
a la deriva, tan sólo encuentro en medio del agua
promesas mal educadas.
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